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martes, 12 de septiembre de 2017

Estudio científico concluye: los vampiros no son un mito en absoluto.

Según un estudio reciente publicado en la prestigiosa revista PNAS, "los vampiros" pueden haber sido personas reales con un desorden sanguíneo raro.


El folclore de los vampiros inspiró historias de horror durante siglos en todo el mundo, lo que resultó en que Hollywood se inundara con historias de vampiros que produjeron algunas de las películas más vistas del siglo XXI.

Ahora, según la nueva investigación, estas criaturas pueden haber sido reales, y la razón de su existencia podría ser el resultado de una enfermedad rara.

Los científicos han concluido que la protoporphyria erythropoietic (EPP) podría ser la razón detrás de las antiguas leyendas de los vampiros, según un estudio que un equipo multidisciplinario ha publicado en la revista PNAS.

Como resultado, las personas que sufren de EPP, un tipo de protoporfirina llamado protoporfina IX se acumula en los glóbulos rojos, el plasma y, a veces el hígado, los hace ser "vampiros" en cierto modo.

Los expertos observan que cuando la protoporfina IX está expuesta a la luz, produce sustancias químicas que dañan las células circundantes.

Los que padecen esta enfermedad tienen una notable fotosensibilidad a la radiación ultravioleta que causa inflamación, ardor y enrojecimiento en la piel. Los expertos indican cómo la exposición prolongada al sol puede causar ampollas dolorosas y desfigurantes — incluso las cantidades de luz solar que pasan por el vidrio de la ventana pueden causar daños.

"Las personas con EPP son crónicamente anémicas, lo que los hace sentir muy cansados y se ven muy pálidos con una mayor fotosensibilidad porque no pueden salir a la luz del día", dice Barry Paw MD, Ph.D., del Dana-Farber/Boston Children's Cancer and Blood Disorders Center.

"Incluso en un día nublado, hay suficiente luz ultravioleta para causar ampollas y desfiguración de las partes del cuerpo expuesto, las orejas y la nariz."

Según los científicos, si la gente que sufre de esta enfermedad permanece dentro durante el día y recibe transfusiones de sangre, aliviaría algunos de sus síntomas.

En la antigüedad, sin embargo, beber sangre animal y salir por la noche puede haber tenido un efecto similar y, por cierto, han generado el mito de los vampiros.

Paw afirma que "los vampiros no son reales", pero cree que hay una necesidad real de desarrollar terapias innovadoras para mejorar la vida de aquellos con protoporphyria erythropoietic.

Los expertos realizaron secuencias profundas de genes en una familia del norte de Francia con EPP de una firma genética previamente desconocida. Paw y sus colegas descubrieron una mutación nueva del gene CLPX, que desempeña un papel en plegamiento mitocondrial de la proteína.

"Esta mutación recién descubierta realmente destaca la compleja red genética que apuntala el metabolismo del heme", dice Paw, quien fue una autora mayor en el estudio. "Las mutaciones de pérdida de función en cualquier número de genes que forman parte de esta red pueden resultar en desórdenes devastadores y desfigurantes".

Esta investigación fue publicada en un documento en las actas de Proceedings of the National Academy of Sciences.