Una observación reciente del gigante rojo — la más grande de la constelación Escorpio — muestra que desde sus profundidades cósmicas, la estrella está expulsando la materia desconocida cuando se acerca al final de su vida.
En el centro de la estrella Antares yace una poderosa y hasta ahora desconocida fuerza que los astrónomos no han visto hasta el momento.
Algún día, tarde o temprano, el sol que vemos cada día se convertirá en una estrella gigante y crecerá hasta tal punto que se tragará la tierra y otros planetas en el sistema solar interior.
Para los científicos, este destino ineludible implica el desafío de mirar más allá de nuestro sistema solar para descifrar y comprender los ciclos evolutivos de estas estrellas incandescentes y sus mecanismos en cada etapa.
Con el fin de averiguar todo lo que podamos acerca de las estrellas y los gigantes rojos, un nuevo estudio, supervisada por Keiichi Ohnaka, investigadora de la Universidad Católica del norte de Chile (UCN), intenta entender cómo y por qué el supergigante rojo Antares puede expulsar tanta materia de su superficie como se acerca al final de su vida y se acerca a su final como una supernova espectacular.
El enorme tamaño de Antares, 883 veces mayor que el sol, lo convierte en el candidato ideal para el estudio de lo que le podría pasar un día a nuestro sol, y eventualmente a la tierra cuando nuestra estrella creczca.
Antares también es conocido como Alpha Scorpii, lo que significa que es la estrella más brillante en la constelación de Escorpio.
De color rojo, es visible en los cielos nocturnos de agosto.
En una entrevista con Space.com, el profesor Ohnaka dijo: "con este estudio, podemos abrir una nueva ventana para observar las estrellas que no sean el sol ... de una manera similar que observamos el sol".
"Entonces podemos aplicar esta técnica para investigar otros problemas, no sólo supergigantes, como Antares, sino también otros tipos de estrellas y otros problemas sin resolver".
El equipo de astrónomos liderado por Keiichi Ohnaka publicó en la revista Nature un estudio que presenta una nueva visión del supergigante.
Para sus observaciones, los científicos utilizaron el Observatorio del VLT, un sistema de cuatro telescopios que medían ocho metros cada uno, capaces de trabajar en combinación como un solo instrumento, convirtiéndolo en el telescopio óptico más grande del mundo (de ahí su nombre: Very Large Telescope, o VLT).
El comportamiento del espectro de emisiones de CO le permitió a los astrónomos estimar la densidad y la velocidad de los flujos de plasma de Antares.
Y es en ese punto que fueron atrapados de guardia notando algo totalmente extraño: la densidad es significativamente más alta de lo esperado.
Esto significa que la sustancia expulsada de las profundidades de la estrella a su superficie es cuantitativamente muy superior a lo que se pensó posible de acuerdo a conceptos anteriores.
Por el momento, esto sólo puede ser interpretado así: en el lado de la estrella Antares se encuentra una fuerza poderosa y hasta ahora desconocida que los astrónomos no han visto hasta el momento.
Este estudio se presentó en la revista Nature.