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jueves, 8 de junio de 2017

DragonflEye es una libélula Cyborg modificada genéticamente y es el drone más pequeño.

Los científicos han alterado una libélula viviente para que puedan controlar sus movimientos.


A medida que avanza la tecnología de drones, uno de los mayores desafíos es reducir los robots voladores. Los drones más pequeños serán mejores para propósitos prácticos (encajar en espacios estrechos) y tortuosos (espionaje). Los científicos se han volcado hacia los insectos para entender cómo los seres con cuerpos minúsculos producen la energía necesaria para volar durante largos períodos de tiempo, mientras que nuestras propias baterías de drones reducidos mueren rápidamente.

Un nuevo experimento puentea el estudiar de vuelo del insecto para utilizar los insectos vivos como si fueran drones. Así, los investigadores del laboratorio Charles Stark Draper y el Instituto Médico Howard Hughes presentan a DragonflEye, una libélula Cyborg increíblemente futurista que los investigadores pueden controlar a distancia.
 
DragonflEye fue creada modificando genéticamente las libélulas regulares con las "neuronas de dirección" en la médula espinal del insecto, que son sensibles a la luz. Pequeñas estructuras de fibra óptica en los ojos de la libélula envían pulsos de luz a sus cerebros, controlando funcionalmente donde el insecto vuela a través del control remoto. La libélula también lleva un "morral" miniatura con los sensores y un panel solar minúsculo para accionar la tecnología de la recolección de datos. En teoría, la libélula será capaz de ser dirigida por los investigadores y recopilará datos a través de sus sensores de los entornos que no son seguros para los seres humanos.

Esta tecnología es a la vez asombrosa y aterradora — no es difícil imaginar este tipo de modificación genética utilizada en especies de mayor altura a un efecto espeluznante, y la idea de insectos de aspecto regular que actúan como espías es un poco estresante. Pero los insectos Cyborg también podrían ayudarnos a entender el mundo de maneras totalmente nuevas, incursionando en espacios a los que los humanos nunca podrían ir. La modificación genética que permite que las libélulas se muevan podría también un día ser utilizada por los seres humanos que están paralizados para restaurar el movimiento. En este momento, los científicos han llegado tan lejos como para conseguir que la libélula vuele en línea recta. El potencial aquí es asombroso, pero vamos a necesitar un poco de tiempo para hacer lo correcto.