Sígueme en twitter

jueves, 18 de mayo de 2017

Los científicos dicen: La tecnología existente puede detectar las megastructuras extranjeras en el universo.

Los telescopios modernos IR, tales como el Very Large Telescope Interferometer (VLTI) y el Wide-field Infrared Survey Explorer (WISE), tienen la capacidad de supervisar púlsares cercanos para detectar señales de megaestructuras extraterrestre. El estudio concluye además que para este propósito, estos telescopios tendrían un alcance efectivo de hasta 200 pársecs (aproximadamente 652 años luz).



En los últimos dos años, los expertos han quedado perplejos por el inexplicable fenómeno en lugares distantes de nuestro universo. Interceptado por algunos como megaestructuras alienígenaa masivas, los soles distantes parecen estar envueltos por estructuras masivas que no se pueden explicar naturalmente.

En 1960, el físico Freeman Dyson propuso la existencia de civilizaciones inteligentes avanzadas capaces de construir megaestructuras con el fin de engullir estrellas distantes y utilizar su energía.

Ahora, en un estudio en la Universidad libre de Tbilisi, el profesor Zaza Osmanov ofrece una nueva perspectiva sobre por qué estas hipotéticas megaestructuras de origen extraterrestre – cuya clave sería la oscuridad periódica de la estrella anfitriona – puede ser una realidad aún no cotejada por la ciencia.

Según el último estudio publicado en arXiv.org titulado "¿son los anillos Dyson alrededor de púlsares detectables?" Osmanov amplía el problema de detectar megaestructuras extraterrestres al Reino observacional y centra su atención en los púlsares más cercanos al sistema solar.

Específicamente, se refiere a cómo los megaestructuras extraterrestres pueden ser detectadas identificando sus firmas de energía infrarroja, y en qué tipos de distancias. Al examinar cómo estas estructuras pueden variar en términos de la cantidad de radiación infrarroja que emitirán, los expertos creen que los megaestructuras alienígenas podrían ser detectadas dentro de nuestro universo local usando los instrumentos existentes.

Por supuesto, se trata del diámetro de las estructuras en el extremo, que a su vez depende del tipo de púlsar que está orbitando. Como se explica en un documento:

"Un par de años antes de publicar el papel de Kardashev," el físico prominente Freeman Dyson ha sugerido que si tales extraterrestes superavanzados (en la terminología de Kardashev, LevelII) existen, para aumentar la eficiencia de consumo de energía pueden construir una concha esférica delgada con radio ~ 1AU alrededor de una estrella de acogida (Dyson 1960). Se ha argumentado que para tales distancias la esfera estará en la llamada zona habitable (Hz) y por lo tanto la esfera tendrá la temperatura del orden de (200 − 300) k, haciendo este objeto visible en el espectro infrarrojo. "

Afortunadamente, es posible que ya hayamos encontrado una de esas estructuras como explica el profesor Osmanov: "un interés por la búsqueda de las fuentes infrarrojas como la de Dyson se ha incrementado después de la detección de un objeto enigmático, KIC8462852, descubierto por la misión Keppler (Boyajian et al. 2016). Se ha demostrado que el flujo del objeto mencionado se ha caracterizado por inmersiones aperiódicas del orden del 20%. "Por otro lado, los autores han confirmado que las irregularidades podrían no haber sido causadas por ningún factor instrumental o de procesamiento de datos".

Además, Osmanov afirma: "para investigar la hipótesis de que el comportamiento extraño de KIC 8462852 (y algunos otros objetos: KIC 12557548, Corot-29) es causada por artificiales Dyson-como las estructuras cósmicas se ha realizado una serie de obras (Wright et al. 2016;)" Schuetz et al. 2016; (arpa et al. 2016), pero la pregunta principal sobre el origen del nivel de inmersión de flujo no realista todavía permanece abierta. Sea cual fuere este origen, el descubrimiento de KIC 8462852 ha revivido una búsqueda de megaestructuras cósmica artificial que se ha iniciado en la primera década de este siglo (Carrigan 2009;) Jugaku y Nishimura 2002; Timofeev et al. 2000; Slish 1985).

Extendiendo esto a los púlsares, Osmanov estima que la zona habitable alrededor de un Púlsar de rotación relativamente lento (con un período de aproximadamente medio segundo) estaría en el orden de 0,1 au. Según cálculos, una mega estructura anular que orbita un Púlsar a esta distancia emitiría temperaturas en el orden de 390 k (116,85 ° c), lo que significa que la mega-estructura sería visible en la banda de infrarrojos, informa Universe Today.

Además, el profesor Osmanov concluye que los telescopios modernos de infrarrojos, tales como el Very Large Telescope Interferometer (VLTI) y el Wide-field Infrared Survey Explorer (WISE), tienen la capacidad de monitorear los púlsares cercanos para detectar señales de megaestructuras extraterrestre. El estudio concluye además que para este propósito, estos telescopios tendrían un alcance efectivo de hasta 200 pársecs (aproximadamente 652 años luz).

Además, el profesor Osmanov cree que dentro de este volumen de espacio, los candidatos múltiples podrían ser encontrados y examinados usando estos mismos instrumentos existentes. Si echamos un vistazo a la zona vecina de nuestro sistema solar, se espera que aproximadamente 64 púlsares se encuentran dentro de él, afirma el profesor Osmanov.

Más allá de estas distancias, hasta el rango de un Kiloparsec — una distancia de 1000 pársecs — (alrededor de 3.260 años luz), la resolución angular de estos telescopios no sería suficiente para detectar estas estructuras. Para tales distancias, requerimos telescopios que pudieran realizar encuestas en la banda UV – que corresponde a las temperaturas superficiales de las estrellas de neutrones (7.000 k). Sin embargo, con el fin de hacer tales observaciones, tendríamos que esperar el desarrollo de instrumentos más sensibles.

En total, entre 43 y 85 candidatos existen dentro del volumen observable del espacio, según las estimaciones de Osmanov. Y con los telescopios de infrarrojos existentes — y los telescopios de próxima generación como el James Webb — los expertos podrían realizar innumerables encuestas que pueden proporcionar información valiosa de lo que realmente existe.

Por ahora, muchos expertos están convencidos de que los instrumentos que tenemos podrían ayudarnos a hacer descubrimientos que nos doblan la mente.